En un mundo cada vez más complejo, es evidente que cada vez hay más fuerzas que nadie controla. Intentamos averiguar el futuro basándonos en lo que nos ha ocurrido, y lo hacemos porque no nos queda otro remedio, porque estamos construidos de esa manera. Sin embargo, necesitar predecir no equivale a acertar.
Y el problema es que, en ocasiones, nuestros pronósticos fallan, a veces de manera estrepitosa. Por eso es mejor no tomarse a los futurólogos muy en serio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario