martes, 22 de agosto de 2017

JOSEF JOFFE


Josef Joffe empezó a trabajar como periodista en Die Zeit con 32 años, y al poco tiempo se hizo cargo de la sección Dossier. Hoy es el editor, un cargo que vendría a ser como un superdirector. Escribe sobre política nacional e internacional, es experto en defensa y sus columnas se reproducen en varios medios mundiales.
Ha escrito varios libros, aunque la mayoría sobre EEUU, un país que conoce desde que, con 17 años, fue a estudiar a Michigan. Luego se graduó en Harvard.

En 1914 todo el mundo fue a la guerra pensando que iban a ganar fácilmente, y que estarían de vuelta a casa en Navidad. Pero nadie pudo imaginar que iba a haber millones de muertos en Flandes, en el Somme, en Verdún. Hoy, las armas nucleares son como una bola de cristal donde puedes mirar el futuro y saber cómo va a acabar todo: destruido y con millones de muertos. Las armas nucleares nos han hecho más cautos. Imagine si Hitler hubiera sabido en septiembre de 1939, tras invadir Polonia en pocas semanas, lo que iba a pasar en 1945. Eso significa que, mire a donde mire, las grandes guerras ya no tienen lugar. La última gran confrontación de nuestros tiempos -en el sentido tradicional- tuvo lugar en Irak, contra Sadam, en 1990, con el despliegue de 600.000 soldados norteamericanos. Desde entonces son guerras poco convencionales. 

-He visto en Wikipedia que usted está contra el cambio climático.
-Ah, ¿eso? Pura porquería de Wikipedia. Soy escéptico sobre los alarmistas globales. Todo el movimiento climático ya es de por sí alarmista, pues creen que el planeta se va a ir al infierno. Pero el alarmismo me molesta porque cualquier persona que no está de acuerdo con sus propuestas es tildada de "negadora del cambio climático". No creo que eso sea bueno. El alarmismo se ha convertido en una religión. Es muy posible que haya calentamiento, y que lo cause el hombre, pero necesita ser probado.

-Si los periodistas somos alarmistas, la gente será más precavida sobre el cambio climático, ¿no?
-Como periodistas ocupamos los niveles más bajos del estatus social, junto con los políticos. Tenemos un problema de credibilidad.
-¿Incluso en Alemania?
-En todas partes. Lo que quiero decir es que los periodistas no somos un partido político, no deberíamos ser alarmistas, ni enviar mensajes particulares; sólo tratar de dar a los lectores un análisis decente. Y no convertirnos en propagandistas.

 -¿Por qué Alemania funciona tan bien?
-Nosotros tenemos 16 estados (Länder) y poder descentralizado, lo cual nos da la oportunidad de probar y experimentar. Pero España o Francia, con 50 regiones y muchos centros de poder, no lo hacen bien. Eso explica que Alemania lo haga mejor.

- ¿Qué les une a los alemanes?
-La comunidad lingüística. Ustedes hablan catalán, vasco, gallego... Todos los alemanes, no importa si son bávaros o de Hamburgo, hablan alemán aunque con diferentes acentos. No tenemos una separación lingüística como los españoles. En Alemania todos son alemanes.

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