viernes, 12 de mayo de 2017

El Duque de Berwick


El Duque de Berwick, James Fitz James, fue el hombre que condujo a las tropas de Felipe V en Almansa.

Hijo ilegítimo del Duque de York y de Arabella Churchill, James Fitz James nació por casualidades de la vida en la región francesa de Moulins y recibió una educación católica en este país. El cabeza de familia se había refugiado en Francia después de tomar partido en Inglaterra por el Catolicismo, perseguido desde tiempos de los Tudor en las Islas británicas. No obstante, en 1685 el Duque de York se convirtió en Rey de Gran Bretaña con el nombre de Jacobo II y la suerte de James Fitz James pareció cambiar.

No duró mucho su suerte, una revolución de aristócratas derrocó a Jacobo II en cuestión de tres años y le obligó a huir junto a su familia a Francia. En 1686, el hijo bastardo del entonces rey tuvo en Hungría su primera experiencia militar. Budapest fue conquistada a los turcos tras un asedio en el que James Fitz James actuó con "notable gallardía".
A partir de 1691 el hijo de Jacobo II comenzó a servir a Luis XIV de Francia, que lo nombró teniente general y promocionó su carrera militar en Flandes e Italia. Cuando el nieto de Luis XIV,  Felipe V, se enzarzó en una guerra internacional para convertirse en el sucesor del último Rey de la dinastía Habsburgo, Carlos II; las tropas franceses se dirigieron a España a apoyar al borbón.

En 1704 el Duque de Berwick, nombrado capitán general de todos los ejércitos, acudió a España al frente de un numeroso ejército de infantería y caballería. Ese mismo año Berwick invadió junto al propio monarca Portugal y mostró que pocos generales estaban tan preparados como él en Europa.
La Guerra de Sucesión había adquirido una dimensión internacional que trasladó el conflicto también a las costas francesas. El noble inglés defendió el litoral francés de los ataques ingleses y en noviembre de 1705 capturó Niza, lo que le valió el título de Mariscal de Francia. En una operación con tantos éxitos como fracasos, Berwick terminó por enfrentarse en la llanura de Almansa, una pequeña ciudad coronada por un castillo medieval.

La superioridad naval de Gran Bretaña le permitió capturar el fuerte de Gibraltar y, a finales de 1705, las tropas austracistas desembarcaron en la zona de Levante para avanzar hacia Barcelona y Valencia. Al siguiente año las cosas estaban tan difíciles para los intereses de Felipe como para que los portugueses entraran sin oposición en Madrid.
 El general inglés naturalizado francés contaba con más efectivos que su rival y causó a los aliados más de 4.000 muertos y 3.000 prisioneros, lo que dejó al bando austracista en una situación desesperada en la Península. Por culpa de aquella derrota perdieron Valencia y meses después Lérida.

El noble inglés acudió a finales de 1712 a socorrer Gerona, asediada por los austracistas. En marzo de 1713, Gran Bretaña y Holanda se retiraron de la guerra y cedieron al bando borbónico los territorios bajo su control, puesto que no pretendían contribuir a aumentar el poder del recientemente nombrado Emperador del Sacro Imperio germánico, Carlos VI, hasta ese momento el candidato preferido por media Europa para que reinara en España. El Archiduque Carlos ya no gustaba en Europa...

Tras esta súbita pérdida de aliados, los austracistas mantenían su presencia únicamente en una parte de Cataluña y se prepararon para una defensa desesperada en Barcelona. Felipe V rogó a su abuelo que fuera James Fitz James quien dirigiera el asedio final. Y es que salvo Almansa, su única batalla campal, el resto de las 29 campañas en las que participó a lo largo de su vida fueron asedios. Era la mejor opción para terminar rápido con la guerra.

En Francia nunca olvidó que era, ante todo, leal al rey de este país, como demostró cuando combatió a su amigo Felipe V en los siguientes años. De tal modo, cuando los españoles tomaron Sicilia y Cerdeña en 1718, Berwick cruzó la frontera con un ejército de 20.000 hombres y puso sitio a Fuenterrabía y San Sebastián. En cuestión de un mes, el francés, que representaba los interés de Francia,  se hizo con las principales ciudades vascas y causó el pánico en la corte madrileña.

 C.Cervera

 XI duquesa de Berwick

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