lunes, 28 de enero de 2019

Los ULAYAR de Echarri Aranaz

Hace exactamente 40 años, el 27 de enero de 1979, Salvador Ulayar tenía 13 años. Miraba en la tele su programa favorito y atendió a la llamada de su padre para que le ayudara con el bidón de gasóleo para la calefacción. Al salir de la casa vio cómo, a unos metros, un hombre con una media en la cabeza le disparaba a su padre primero tres tiros y, después de una pausa, otros dos.

Aterrorizado, huyó porque pensó que también a él le iban a matar. Después regresó, pretendió perseguir el coche del asesino y finalmente se dirigió al cuerpo rendido en el suelo, para implorarle en vano que le hablase.

Los cuatro terroristas que participaron eran vecinos del pueblo, Etxarri Aranatz, en Navarra. Dos de ellos eran los hermanos Vicente y Juan Nazabal, que fueron ayudados por otros dos.

ETA perpetró con este asesinato uno de los crímenes más nazis en su haber de un listado realmente numeroso. Cierto es que el secuestro de Ortega Lara cumplió sobradamente las características de sadismo propias del nazismo pero en el asesinato a Jesús Ulayar hay que añadir la complicidad o cobardía de un pueblo prolífico en la generación de terroristas y que todavía constituye una especie de burbuja proetarra en la que el Estado de Derecho se ve incapacitado para actuar.

Los Ulayar vivieron desde la muerte del padre como se vive en ECHARRI. Sin que nadie les preguntase cómo estaban, mientras a los terroristas se los alababa.

Dieciséis años después de ingresar en prisión, el autor material del asesinato salió. "Yo llevaba años explicándole a mi mujer que un día nos lo encontraríamos por la calle. Mi mujer era incrédula. Pero en agosto, en plenas fiestas del pueblo, lo vimos. Había una comida popular en la plaza e íbamos con el crío de dos años. Nos íbamos a cruzar pero me acerqué a él y le dije: asesino. Me pegó una patada en el pecho y sus secuaces me desplazaron 50 o 60 metros. Nadie me ayudó. Significarse allí es buscarse la ruina", apunta.

Echarri Aranatz nombró al terrorista hijo predilecto y la banda de música pasó por delante de la puerta de los Ulayar.

Juan José se fue a vivir a otro lugar con su familia pero tuvo poca suerte. Juan Nazabal, el hermano, que había salido de prisión antes de lo que le correspondía por estudiar la carrera de psicología que regalaba la Universidad del País Vasco (UPV) precisamente para que los etarras disfrutasen de beneficios penitenciarios, fue destinado temporalmente al colegio al que iban sus hijos.

ETA fue derrotada operativamente pero los Ulayar sienten que los vencidos han sido ellos.


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