A unos 50 kilómetros al sur de Roma, en la región del Lacio, se encuentran los restos de lo que durante los seis siglos anteriores al nacimiento de Cristo fue Norba. Las ruinas, excavadas en profundidad a comienzos del siglo XX, son uno de los testimonios más valiosos sobre la planificación urbana de la Antigua Roma. En concreto, del estilo de fortaleza poligonal que rodea las 38 hectáreas de su perímetro y cuya creación la leyenda atribuye a los Cíclopes, al igual que ocurre con la fortaleza de Micenas.
La sección de viajes de 'BBC' acaba de publicar un reportaje sobre Norba, que se encuentra a un kilómetro y medio de la ciudad de Norma, una localidad de 4.000 habitantes; como asegura su autor, la mayoría de italianos no han oído hablar de ella.
Es cierto que su enclave geográfico dificulta su acceso. Se encuentra en los montes Lepino, que forman parte de los Antipeninos del Lacio, en la parte superior de un risco a 460 metros sobre el nivel del mar que le da una visión privilegiada sobre las Lagunas Pontinas.
Fue una de las ciudades objetivo de Sila cuando retornó de Grecia en el año 83 a.C. al frente de un ejército de 40.000 hombres, que combatió a los sucesores de Cinna Papirio Carbón y Cayo Mario el Joven.
Los habitantes que no se suicidaron o pidieron a sus amigos que acabasen con sus vidas se prendieron fuego, lo que convirtió la legendaria Norba en una pústula humeante. Sus habitantes no pudieron verlo, pero la gran cantidad de oro y riquezas que dormían entre sus paredes fueron reducidas a cenizas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario