sábado, 11 de marzo de 2017
Aquellos british imperiales
Mendi, un buque que se hundió el 21 de febrero de 1917 en el Canal de la Mancha tras ser arrollado por un barco aliado (el SS Darro) debido (oficialmente) a la mala visibilidad. Aquel día, en el que murieron 646 personas (la mayoría negros llegados desde África para ayudar en las labores de intendencia de la Primera Guerra Mundial) sigue 100 años después rodeado de misterios.
¿Por qué el bajel que embistió al Mendi no ayudó en las labores de rescate? ¿Cómo es posible que no llevara ninguna señal que identificara su posición?
Para el Imperio Británico, la demanda de mano de obra llevó a la creación de “cuerpos laborales extranjeros no combatientes”. Se formaron unidades a través de los territorios del Imperio, desde el Caribe a la India.
A Europa llegaron así (desde todas las partes del mundo colonizado por los british) unos 300.000 hombres que, aunque tenían prohibido combatir, sí llevaban sobre sus hombros el peso de lo que, a día de hoy, se denomina intendencia. Una labor básica en una guerra.
Del Sindicato de Trabajadores Nativos de Sudáfrica eran, precisamente, los más de seis centenares de obreros que partieron, allá por el 25 de enero de 1917, de Sudáfrica al frente Occidental. Más concretamente, aquel día zarparon nada menos que 823 negros del quinto batallón del SANLC desde el puerto de Ciudad del Cabo (en el extremo sur del país) hacia el norte de la costa franchute. Todos ellos iban en volandas en el navío SS Mendi, un carguero de 110 metros de eslora por 14 de manga botado en 1905. A sus mandos se encontraba, además, una tripulación blanca formada por el capitán Lewes Hertslet, 3 oficiales y 17 suboficiales.
Entre la bruma todo parecía en calma. Pero a eso de las cinco de la madrugada, la tragedia se sirvió en bandeja de plata. Y es que un buque apareció de la nada a toda máquina y arrolló el lado de estribor del Mendi. La fuerza del impacto fue tal que el bajel abrió un boquete de seis metros en la bodega, donde dormía la mayor parte del pasaje. Por si esto fuera poco, para asombro de todos la bandera de este improvisado asaltante no era enemiga, sino que pertenecía... ¡a los británicos!
Era un vapor, el “SS Darro”. Una nave correo que tenía dos veces el tamaño del "Mendi", añade la organización. Para hacerse una idea del calibre del golpe, es necesario señalar que el Mendi pesaba 4.200 toneladas, mientras que el Darro 10.500.
El resultado fueron 646 muertos y 267 supervivientes. De ellos, 195 eran hombres negros, dos oficiales, y diez suboficiales. Una catástrofe similar a la de una cruenta batalla.
¿Por qué el capitán del Darro, Harry Stump, no dio la orden de rescatar a los supervivientes del agua? Esta actitud desconcierta a los expertos, ya que su navío era lo suficientemente grande como para acoger a todos ellos. Su actitud, por el contrario, fue la de posicionarse en la cubierta de su gran buque y ver la tragedia en primera persona, sin hacer nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario