domingo, 19 de febrero de 2017
Ciudad 404
En los años 60, Mao Zedong levantó una ciudad junto al desierto de Gobi destinada a la investigación del programa nuclear chino, que llegó a tener 100.000 habitantes. Hoy solo quedan unos cientos
Corría el año 1954 y Pekín lanzó un ataque sobre las islas de dicho estrecho, que separaba la China continental de Taiwán. La isla, refugio en el exilio del gobierno nacionalista de Chiang Kai Shek, contaba con el apoyo de Estados Unidos y de su presidente, Dwight Eisenhower, cuyo gabinete llegó a plantearse la utilización de armas nucleares contra la China comunista para frenar su avance sobre Taiwán.
Sin embargo, la presión internacional y las dudas del propio Eisenhower retrasaron un hipotético ataque que nunca llegó a producirse tras la retirada de las tropas en mayo de 1955.
Cumpliendo con el deseo de Mao, China comenzó a trabajar en la creación de su primera bomba atómica; un proyecto que culminaría en 1964 con el ensayo nuclear “596” en el desierto de Lop Nur, en la provincia noroccidental china de Xinjiang.
El lugar elegido para llevar a cabo aquel proyecto secreto fue un enclave apartado en la provincia de Gansu, junto al desierto del Gobi. La ciudad creada para dar cabida a los miles de trabajadores que cumplirían con el anhelo nuclear chino nunca recibió nombre y se conoció, simplemente, como Ciudad 404, un sitio que, a día de hoy, sigue sin aparecer en los mapas.
En 2006, casi medio siglo después de creada, gran parte de los 100.000 pobladores de la Ciudad 404 fueron trasladados a localidades cercanas, principalmente a Jiayuguan. El subsuelo, que se dice alberga un refugio nuclear, está prácticamente hueco y las estructuras de algunos edificios, según nos comentaron, habían empezado a resentirse. El traslado, pensado para llevarse a cabo en una semana, se extendió por seis meses.
Aunque aún hay unas 900 o 1.000 personas, el lugar dejó de ser residencial hace años. En su día aquí vivieron casi 100.000 personas y había de todo, estación de televisión propia, hoteles, oficina de correos, tiendas, restaurantes... las particularidades del lugar y los motivos por los que fue creado hicieron que se hubiera de construir todo lo necesario para vivir allí. La primera generación que acudió a la Ciudad 404, sus fundadores, fueron algunos de los mejores científicos y técnicos industriales del país en la década de los 50.
La mayor parte de aquellos que, junto con asesores venidos de la Unión Soviética, iniciaron uno de los proyectos más ambiciosos de la recién creada República Popular, han fallecido ya y sus cuerpos descansan entre las arenas del desierto del Gobi.
Javier Ibáñez
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