sábado, 30 de diciembre de 2017

La izquierda CUQUI


Cuando éramos jóvenes había una “gauche divine” y una “izquierda del caviar”. Es decir, una pequeña fracción de la socialdemocracia que vivía de cine, gestionando las múltiples variantes del estado del bienestar.
Tras la crisis, lo que viene a ser la izquierda pija o jubilada se pasó a la política de la ira. Al grito de populismo es transversalidad, y apoyados en modernísimos paradigmas, importados por notables y venales becarios universitarios, la izquierda aparente se puso a abrazar todas las causas que hundieran al sistema.

Anticapitalista, antipartido, antisindicato, antieropea, antiestado y antinación (excepto las naciones “cuqui”, naturalmente), la izquierda de verdad verdadera orilló todas las viejunas causas para abrazar nuevos credos de todo tipo y naturaleza para ser “cuqui”.
Los “anticapis”, que son de izquierdas los días impares, 4,4%. Los comunes, el más “cuqui” de los populismos, 7,4% (por debajo de la viejuna Iniciativa); el PSC, el 13,9%.  Pero, eso si, lo”cuqui” era ser medio “indepe”.
Los socialistas tienen una notable responsabilidad, ante la ausencia de competencia. Pueden jugar al tacticismo: si hay dos derechas, igual la ley electoral echa una mano. O puede hacer política: definir una nueva identidad socialdemócrata. A lo mejor, la derrota de la “izquierda cuqui” libera del pánico escénico al socialismo que solo pretende obtener los segundos peores resultados de la historia, tipo Iceta, y se pone a hacer política, que falta hace.





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