lunes, 19 de septiembre de 2016

Guerrileras : O terror das islamistas


A cinco kilómetros del frente, una casa asoma en el margen derecho de la árida carretera que enfilan los peshmerga, las tropas del Kurdistán iraquí. "Estamos a 10 minutos en coche del centro de Mosul", advierte el comandante Maruan Yaryir, a cargo de uno de los regimientos que libra batalla contra las huestes del califato.
El inmueble que se yergue ante sus ojos luce un aspecto fantasmal: su esqueleto, reducido a una planta, parece carcomido por el abandono. Sus estancias a medio construir, sin embargo, son el cuartel general de una de las contadas unidades femeninas de los peshmerga.
En su barracón una cuadrilla de mujeres firma el ajuste de cuentas contra quienes han sojuzgado, violado, asesinado o sepultado bajo las telas de un niqab a las "hermanas" iraquíes y sirias atrapadas en su territorio.

"Bienvenido", exclama Hasiba Nauzad al cruzar la puerta. Esta kurda de 24 años, alta y robusta, fue la primera en enrolarse en el ejército y desde entonces dirige este escuadrón de 30 mujeres.
"Decidí tomar las armas hace un año cuando vi por televisión la dramática situación que se vivía aquí", relata enfundada en uniforme militar. Kalashnikov en ristre, deambula por habitaciones en las que las fotografías familiares adornan muros y espejos como recuerdo de las ausencias y las renuncias de sus huéspedes.
La fortaleza con la que marca sus palabras no es un caso aislado en este acuartelamiento. El ejército de facto de la región autónoma del Kurdistán iraquí  abrió sus puertas al sexo femenino en 1996. Pero ha sido la amenaza yihadista la que ha quebrado el techo de cristal.

"Somos una gran familia. Ninguna de nosotras es diferente a los camaradas hombres en el campo de batalla. Sabemos manejar cualquier tipo de arma, hasta un RPG antitanque, y nada nos atemoriza", esboza Hasiba.

El terror que infunde un batallón de mujeres armadas en el corazón de los muyahidines es un fogonazo del que presumen en este singular cuartel. "Los militantes del Daesh temen a las mujeres kurdas. Somos demasiado para ellos. Sus dirigentes han propagado una advertencia entre sus militantes: les han dicho que si caen a manos de mujeres jamás alcanzarán el paraíso", clama Naima, feliz de saborear tan despiadada venganza.

 Carrión

2 comentarios:

  1. Esos cobardes del IS están acongojados con que caigan en manos de mujeres porque no van a ir al paraiso. Peor va a ser que las guerrileras en cuanto los cojan van a hacer croquetas con sus colgantes.

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    1. Como mínimo, Luisa. Ese va a ser al final el arma clave contra esos fanáticos : amenazarles con ser prisioneros o muertos por mujeres. Y debieran de hacer correr el rumor de que ellas disparan con balas engrasadas en grasa de cerdo.

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